Termostatos
¿Alguna vez has mirado tu frigorífico para coger algo y cocinar y te has encontrado con todas las cosas congeladas? O quizás cuando vas a servirte leche, ¿te sale con pequeños icebergs que la acompañan? Si es así, lo más probable es que haya un problema con el termostato de tu nevera.
Comprueba primero las causas más posibles y frecuentes, para lo cual es mejor poner un curso de acción sobre la marcha para la resolución de problemas. Por lo tanto hay que saber si el control de la pieza se ajusta a la temperatura adecuada. Es posible que algún miembro de la familia pueda accidentalmente girar el disco, por lo que deberás asegurarte que el disco no se encuentre en el ajuste más frío. Si es así, será tan simple como bajar la temperatura. Ahora bien, si el ajuste es el correcto y tienes tus comidas congeladas, entonces tendrás que solucionar el funcionamiento del termostato.
Los controles para termostato pueden ser simples como un círculo de plástico con números indicadores del menor al mayor o complejos como módulos electrónicos.
A los dispositivos destinados a controlar la temperatura en zonas determinadas del frigorífico (o cualquier máquina o aparto que necesite regular su temperatura para el correcto funcionamiento) se denominan termostatos, los cuales realizan su tarea al accionar un control eléctrico o electrónico.
Se puede encontrar una gran variedad de ellos y todos son para desempeñar distintas funciones como para monitorear la temperatura del refrigerante y controlar el funcionamiento del compresor.
Hay una gran cantidad de ellos, pueden ser tan simples como los llamados bimetálicos que son dos láminas metálicas, cada una sufre dilatación a diferente temperatura, lo cual hará que dependiendo de las temperaturas a las que estén configurados, abran o cierren el circuito eléctrico que controlan, aunque actualmente también pueden ser más complejos como los termostatos electrónicos que ofrecen un funcionamiento mejor y más eficiente comparado con los antes mencionados ya que no utilizan partes móviles que sufran desgaste, pueden ser incorporados a sistemas de una mayor complejidad con una gran facilidad y se puede elegir entre una configuración por temperatura o una por tiempo.
Estos mismos termostatos electrónicos mejoran el desempeño del frigorífico al evitar que se active el compresor sólo por una ligera variación de temperatura, tal como la que sucede durante la apertura de la puerta del aparato por algunos segundos, lo que se verá reflejado en un menor consumo eléctrico.
Por mencionar dos muy comunes en los frigoríficos:
-Termostato de ambiente, controla el encendido o apagado de ciertos elementos, con lo cual se puede mantener la temperatura deseada en alguna zona designada o en la totalidad de las áreas.
Generalmente son eléctricos y simples, se constituyen de un fuelle y un bulbo conteniendo en su interior algún tipo de líquido, el cual, al estar expuesto a una alta temperatura, hace que el fuelle se dilate provocando el contacto de las placas del termostato cerrando el circuito eléctrico, por lo que esto hará que se encienda el compresor del frigorífico y al bajar la temperatura, el proceso se revierte.
-Termostato de desescarche, este tipo de termostato está destinado a controlar la formación de hielo o escarcha sobre la superficie del evaporador de los frigoríficos que cuenten con este sistema, el cual detectará y evitará el hielo modificando el funcionamiento del compresor.
La temperatura a la que se activan o se desactivan los termostatos son regulables y para ello son los controles del termostato, con los cuales simplemente al girarlos y posicionarlos en algún número en específico o configurarlos a ciertos grados (en el caso de los módulos electrónicos) hará que estos se activen a mayor o menor temperatura.
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